Blogia
barbarisima

Gladys Marín en la memoria

Gladys Marín en la memoria Gladys, Chile y la vida
Bárbara Vasallo

Tuve honor y privilegio de conocerla aquel 18 de febrero, hace por estos días un lustro, cuando cubría su cabeza con un fino pañuelo color rosa y disimulaba, tal vez, los efectos de la invasiva quimioterapia.
Hasta el teatro Sauto, de Matanzas, a unos 100 kilómetros al este de La Habana, en el año 2004 llegó Gladys Marín para ofrecer su libro “La vida es hoy” testimonio de su incansable lucha por la justicia, realidad chilena en tiempos duros y del continente americano en más de medio siglo.
Gladys, quien en aquel momento recibía tratamiento médico especializado al cáncer que padecía, miraba con optimismo, anunciaba que en pocos días retornaría a Chile, pero prometía volver pronto para encontrarse con sus numerosos amigos y amigas en la Isla.
En aquella presentación del texto publicado por la editorial Abril, agotado inmediatamente, la acompañaron la creadora Isabel Parra, hija de la cantautora universal Violeta, y el trovador Vicente Feliú.
La destacada luchadora revolucionaria daba ejemplo de entereza.
Sentada en una colonial butaca del coliseo matancero, con voz inequívoca y aliento inmóvil me aseguró: “Siento que la vida nace todos los días, hay que vivirla plenamente, amándose, sufriendo…”
Ahora cuando en la XVIII Feria Internacional del Libro Cuba 2009, proliferan títulos de la nación suramericana porque se le dedica la fiesta literaria, y los cubanos y cubanas se acercan más a la memoria de aquella nación que “crea y trabaja” como refirió su presidenta Michelle Bachelet, se rinde tributo también a quien fuera la presidenta del Partido Comunista de Chile.
Esa mujer chilena, sufrió exilio, soportó dolor hondo por Jorge, su compañero desaparecido a manos de la dictadura despreciable, lejos de sus dos hijos, arriesgó más de una vez su existencia en este mundo en aras de la verdad y de una sociedad equitativa.
El seis de marzo de 2005 cerró definitivamente los ojos, tal vez el cáncer creyó que la había vencido…
Su mirada profunda me acompaña hasta hoy.
Gladys, camina junto a las miles y miles de personas que por estos días, en Cuba, indagan en un libro para descubrir realidades.
Con su pañuelo rosa, burla al tiempo y desde la eternidad hace un guiño por la vida…

0 comentarios