La vida que fluye en Pálpite...

Exactamente hasta el poblado de Pálpite, en la Ciénaga de Zapata, a unos 180 kilómetros al sureste de La Habana, llegaron los mercenarios entrenados y pagados por la Agencia Central de Intelegiencia (CIA) de Estados Unidos, el 17 de abril de 1961, y 72 horas después fueron derrotados por el pueblo cubano.
Hoy allí fluye la vida. En Pálpite, muy cerca de la sede del proyecto artístico Korimakao, centro de referencia latinoamericano en la cultura comunitaria, se levanta la escuela primaria Iluminado Rodríguez, plantel de nuevo tipo en la educación, surgida al calor de las transformaciones que en ese sector se llevan adelante en Cuba.
Es una escuela nueva, de construcción a prueba de ciclones, y estructura metálica altamente resistente a esos fenómenos meteorológicos que a cada rato aparecen por esta zona.
Las comodidades para trabajar, pueden apreciarse a simple vista, aulas equipadas con televisores y vídeos, laboratorio de computación y sofwears educativos.
El fin de semana es la sede de la universidad en el municipio más extenso y menos poblado de la Isla.
Profesores y estudiantes de ese centro escolar coinciden en afirmar que constituyen una gran familia y con orgullo narran a los visitantes lo que ocurrió en aquellos parajes hace casi 50 años. También es modesto, pero digno homenaje a Iluminado Rodríguez, uno de los primeros en caer cuando la invasión mercenaria.
Esta escuela en Pálpite, sitio tan intrincado en la geografía cubana, hace historia en Cuba todos los días.
4 comentarios
Carlos -
ovoviviparo -
Carlos -
ovoviviparo -
Pero seamos honestos, hace 20 años que estamos retocediendo, cayendo en picada, cada dia mas atras, cada dia mas abajo, la Revolucion se convirtio en "revolucion". Lo que mas pesara es que quienes pudieron y debieron evitar este desastre no lo hicieron. La gente se baña con un balde y un jarrito, carga el agua, anda en carros de caballos, o en autobuses hacinadisimos, paga una electricidad carisima, sufre largos y frecuentes apagones, la prostitucion pulula en las calles de Cuba, los profesionales abandonan hospitales, escuelas y tribunales buscando una vida mejor, ya sea de taxistas, de mucamas de hotel, o en matrimonios con o sin amor con extranjeros, ya no se produce azucar, ni alcohol, ni alimentos, las calles estan hechas pedazos, igual que las casas, no se construyen departamentos hace siglos, en los hospitales esperan ansiosos las donaciones, los campos estan cubiertos de espinos. Hace falta otra revolucion.