Por demás, cotidiano
Por demás, cotidiano
Bárbara Vasallo
Rey, es un joven cubano común, estudia en la Universidad de La Habana, hace canciones, canta, toca guitarra, tiene novia, amigos, amigas y disfruta de la vida.
Carlo, cubano y joven también, toca guitarra, hace canciones, estudia en la Universidad de Matanzas, seguramente tiene novia, es divertido y alegre.
Miriel, compone, canta, acompaña con la guitarra a otras muchachas que suelen cantar piezas de la trova, estudia música, y camina por las calles de la ciudad de Matanzas, a unos 100 kilómetros al este de La Habana, sin que nadie le moleste.
Estos muchachos saben de la historia, descargan en un parque hasta la madrugada sin riesgo, conocen del amor de la familia y respetan a las personas que le rodean.
Viven en Cuba, la predilección juglaresca es, tal vez, pretexto para hablar de sueños, reflejar a través de las seis cuerdas realidades, son maduros y la trivialidad en ellos no cabe.
Si por casualidad usted empina el camino por la escalinata de la afamada Alma Mater, en la más que bicentenaria casa de altos estudios habanera, y se cruza con un muchacho de pelo abundante, negrísimo, casi por los hombros, ojos vivos, andar pausado y verbo fino, es Rey; pero fíjese, no le encontrará con ropa de marca, ni luciendo un Rólex, ni tal vez con el mejor perfume
Lo hallará sonriente, con la mochila cargada de libros, la guitarra al hombro y un saludo amable, con paso firme y la sonrisa siempre.
A Carlo, de pelo muy corto y expresión radiante lo puede tropezar en la parada de un ómnibus, por los pasillos del plantel universitario, o tal vez, debajo de un frondoso árbol, porque cuando la musa toca la puerta, hay que abrirle.
Miriel, delgado, esbelto y de mirada clara, le tenderá su mano si es preciso, indicará una dirección si usted está perdido. Pero, igual, atienda, viste sencillo, suelto, le acompañan amigos y amigas.
Ellos, como miles y miles de jóvenes en la Isla estudian, trabajan, piensan, sienten, son reflejo de tiempos convulsos y caminos enredados que trajeron escasez y esperanza, aprietos y expectativa, dólares y pesos, coraje y vergüenza, amor y mesura.
Qué no vengan a decirme ahora que la juventud está pérdida Jóvenes como estos proliferan. Anoche les oí cantar: Cuba va
Bárbara Vasallo
Rey, es un joven cubano común, estudia en la Universidad de La Habana, hace canciones, canta, toca guitarra, tiene novia, amigos, amigas y disfruta de la vida.
Carlo, cubano y joven también, toca guitarra, hace canciones, estudia en la Universidad de Matanzas, seguramente tiene novia, es divertido y alegre.
Miriel, compone, canta, acompaña con la guitarra a otras muchachas que suelen cantar piezas de la trova, estudia música, y camina por las calles de la ciudad de Matanzas, a unos 100 kilómetros al este de La Habana, sin que nadie le moleste.
Estos muchachos saben de la historia, descargan en un parque hasta la madrugada sin riesgo, conocen del amor de la familia y respetan a las personas que le rodean.
Viven en Cuba, la predilección juglaresca es, tal vez, pretexto para hablar de sueños, reflejar a través de las seis cuerdas realidades, son maduros y la trivialidad en ellos no cabe.
Si por casualidad usted empina el camino por la escalinata de la afamada Alma Mater, en la más que bicentenaria casa de altos estudios habanera, y se cruza con un muchacho de pelo abundante, negrísimo, casi por los hombros, ojos vivos, andar pausado y verbo fino, es Rey; pero fíjese, no le encontrará con ropa de marca, ni luciendo un Rólex, ni tal vez con el mejor perfume
Lo hallará sonriente, con la mochila cargada de libros, la guitarra al hombro y un saludo amable, con paso firme y la sonrisa siempre.
A Carlo, de pelo muy corto y expresión radiante lo puede tropezar en la parada de un ómnibus, por los pasillos del plantel universitario, o tal vez, debajo de un frondoso árbol, porque cuando la musa toca la puerta, hay que abrirle.
Miriel, delgado, esbelto y de mirada clara, le tenderá su mano si es preciso, indicará una dirección si usted está perdido. Pero, igual, atienda, viste sencillo, suelto, le acompañan amigos y amigas.
Ellos, como miles y miles de jóvenes en la Isla estudian, trabajan, piensan, sienten, son reflejo de tiempos convulsos y caminos enredados que trajeron escasez y esperanza, aprietos y expectativa, dólares y pesos, coraje y vergüenza, amor y mesura.
Qué no vengan a decirme ahora que la juventud está pérdida Jóvenes como estos proliferan. Anoche les oí cantar: Cuba va
7 comentarios
FANTOMA -
YASIRA -
RAMONCITO -
TARZAN -
-EL IMPERIO.
FIDEL CASTRO LES QUITO A LOS CUBANOS EL JAMON Y LA MORTADELLA. FIDEL CASTRO LES QUITO A LOS CAMPESINOS LAS TIERRAS.
FIDEL CASTRO LES QUITO A LOS INFANTILES LA LECHE.
FIDEL CASTRO LES QUITO A LOS CUBANOS TODOS SUS DERECHOS HUMANOS.
FIDEL CASTRO LES QUITO A LOS CUBANOS LA LIBERTAD DE VIAJAR LIBREMENTE A OTROS PAISES.
FIDEL CASTRO LES RACIONO LOS ALIMENTOS A LOS CUBANOS DANDOLE UNA LIBRETA LIMITADA.
FIDEL CASTRO LES QUITO A LOS CUBANOS LA MANERA DE PENSAR SI PIENSAN DIFERENTE SON ENCARCELADOS.
FIDEL CASTRO CONFISCO A LOS CUBANOS NEGOCIOS,CARROS Y PERTENENCIAS. QUIEN FUE EL QUE LE PUSO EL BLOQUEO A CUBA FIDEL CASTRO. NO EL IMPERIO. ESTA BUENO YA DE MENTIRAS.
fantoma -
barbara -
Victor -